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UN VISTAZO A LOS GASOLINAZOS; EL BARRIL SIN FONDO.

En Contexto | Federico Díaz de León

En los últimos días se han replicado las quejas, cuestionamientos y descontentos por el comportamiento en los precios de los combustibles para el próximo año, y si el ajuste al Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios, el IEPS, significará un gasolinazo más a partir de este viernes, con el arranque de 2021.

La población, actores políticos e internautas han inundado los medios disponibles, incluyendo las redes sociales para alzar la voz, ante lo que advierten es un incumplimiento a las promesas que ha hecho el presidente Andrés Manuel López Obrador, de no incrementar los pecios de los combustibles, sólo el indexado a la inflación

Esta postura llevó a que el presidente anunciara, hace un par de días, que recomendaría a la Secretaría de Hacienda no aplicar el ajuste inflacionario para que no se registraran abusos.

Pero los cuestionamientos se centran más en un incumplimiento a las promesas del presidente que realmente el análisis de cómo los mexicanos hemos normalizado el término de los gasolinazos y cómo en los últimos diez años se ha convertido el pago de impuestos por los combustibles en un barril sin fondo.

Para contextualizarlo, desde el sexenio del entonces panista Felipe Calderón, se implementó la estrategia de desmantelar el esquema de subsidio a las gasolinas con aumentos graduales en los precios de los combustibles, a fin de acercarlo a los precios internacionales.

El argumento era que los subsidios eran sólo una política económica regresiva, porque los mexicanos con mayor poder adquisitivo, eran los que más combustibles consumían y los menos beneficiados eran los más pobres.

En el sexenio del priísta Enrique Peña Nieto, su entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray declaró el fin de los gasolinazos, pero los precios en el mercado internacional del petróleo acentuaron el incremento mensual de los combustibles.

En 2006, el litro de gasolina magna, de mayor consumo en México costaba 6.74 pesos; para diciembre de 2012 llego a los 10.81 pesos; durante el sexenio de Calderón se incrementó en 59 por ciento, según datos de PEMEX.

Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, la gasolina magna de referencia, llegó a los 19.45 pesos en promedio, un 80 por ciento de incremento durante su administración de negra memoria. 

Así inició el sexenio de Andrés Manuel López Obrador en 19.45 pesos, hoy el precio promedio es de 18.38 pesos, según datos del Consejo Regulador de Energía.

Dicho de otra manera, en 2004 el salario mínimo diario era de 48.67 pesos y un tanque de 40 litros se llenaba en 269.8 pesos; en 2012 el salario mínimo diario era de 62.33 pesos y un tanque se llenaba con 432.4 pesos.

Al concluir la administración de Enrique Peña nieto un tanque se llenaba en 778 pesos, era el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador con un salario mínimo diario de 88.36 pesos y para 2021 será de 141.70 pesos; el tanque hoy se llena en 735 pesos en promedio. 

Con el ajuste anunciado por la secretaría de hacienda de 3,3 por ciento, significaría 0.16 centavos por litro, es decir el tanque se llenaría con 741 pesos, hace apenas dos años se tenían que gastar 778 pesos.

Luego de dos administraciones con gasolinazos en México los menos beneficiados han sido los más pobres, hoy los impuestos representan el 41 por ciento del costo de la gasolina, y comparado con el poder adquisitivo, de acuerdo a la OCDE, México es el segundo país donde a la población le cuesta más, frente a lo poco que gana.

Estas condiciones no se generaron ayer, este barril sin fondo no se creó ayer, esta vía para sangrar al pueblo no se habilitó ayer. Quienes protesta, se quejan y cuestionan, ya saben por qué rasgarse las vestiduras.