En el cementerio de Roermond, de Los Países Bajos, se puede contemplar uno de los mayores tributos al amor.
Van Aefferden era una mujer católica y miembro de la aristocracia holandesa, mientras que su esposo Van Gorcum era un plebeyo y protestante. Su matrimonio causó todo un revuel, pero a la pareja no le importó lo más mínimo.
Cuando él falleció en 1880, como era costumbre, fue enterrado en la zona protestante del cementerio local, el cual dividió a sus ocupantes según la fe que profesaban.
Esto suponía que Van Aefferden no podría ser enterrada junto a su esposo. Así que se le ocurrió un plan inteligente que sigue encandilando los corazones de la gente hoy en día.
Tras su muerte, la mujer fue enterrada en el mismo cementerio, pero del lado católico, justo a la misma altura de la de su persona amada.
Pero no solo fue eso, sino que las lápidas se encuentran unidas por un par de manos que atraviesan la barrera que los divide.
Vía: Redes.