Esta proteína se encuentra alterada en un porcentaje elevado de pacientes, lo que la convierte en una nueva diana terapéutica para el tratamiento de esta enfermedad, principal causa de muerte relacionada con el cáncer en el mundo, explican en un comunicado.
Este estudio reconoce por primera vez la dependencia entre la proteína DSTYK y el cáncer de pulmón, un hallazgo que “permite identificar a aquellos pacientes que no van a responder a la inmunoterapia”, señala Karmele Valencia, investigadora del Programa de Tumores Sólidos del Cima y primera autora del artículo.
En los últimos años se ha propuesto un tratamiento prometedor para el cáncer de pulmón que consiste en modular la autofagia, “un proceso por el que las células destruyen su propio contenido para sobrevivir".
Así lo indica Montuenga, quien señala que "se ha demostrado que la autofagia desempeña un papel central en la formación del tumor y en su progresión, ya que una vez establecido el tumor, la autofagia alimenta y apoya el crecimiento de las células cancerosas y contribuye a la resistencia a los fármacos, influyendo en la evasión inmunitaria del tumor”.
En su estudio han demostrado que "la proteína DSTYK es un regulador central de la autofagia. Al inhibir esta proteína el proceso de autofagia se colapsa logrando aumentar la sensibilidad de las células tumorales a las terapias basadas en la inmunidad".
Vía: Milenio