Su interacción con los seres humanos la realiza con el peluche, al cual abraza de una manera muy tierna y no deja en ningún momento.
“Es posible que se haya salido de la bolsa de su madre o que su madre haya perdido la vida”, explicó su cuidadora.
Cuando llegó a su nuevo hogar lo primero que vio fue un peluche colgado de un árbol, que se convertiría en su nuevo acompañante y mejor amigo. Los trabajadores del lugar se vieron tan conmovidos que le permitieron conservarlo.
“Parece responder a los juguetes de la misma manera que un niño pequeño. Lo trata como un compañero”, explicó.
Doodlebug ya cuenta con suficiente edad y tamaño para volver a la vida silvestre, pero por sus reacciones sus cuidadores esperarán un poco más.
Vía: Plano Informativo.