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MOTOCICLISTAS ESCOLTAN ATAÚD DE UN NIÑO QUE AMABA OÍR LOS MOTORES.

Jozef se enfrentó a muchos problemas de salud complejos a lo largo de su corta vida. Luchó contra la epilepsia, el no poder ver y la necesidad de alimentarse por un tubo hasta los 12 años, edad en que perdió la vida.


Era muy amado por su familia, por lo que sus padres pensaron en hacer algo especial en su honor. Como al menor le encantaba el rugido de las motocicletas, le pidieron a la funeraria que hiciera un llamado para que motociclistas lo acompañaran en su despedida.

Dieron aviso por redes sociales, ¡y recibieron una agradable sorpresa! al ver que más de mil se unieron a la causa!


A la “mejor despedida posible”, como describieron los organizadores, se unieron más de mil motociclistas, donde hicieron una procesión masiva de 24 kilómetros para un niño fuerte que se convirtió en un ejemplo de inspiración y valentía.

Vía: Plano Informativo.