Ante el avistamiento del animal cerca de la orilla de Rockaway Beach, en Nueva York, las autoridades decidieron cerrar el lugar por unas horas.
Momentos después, se observó al escualo chapotear y hacer piruetas en el agua como si fuera un delfín.
Lo cierto del caso es que este acontecimiento coloca en un momento a la sociedad a una reflexión obligada. Puede ser que los seres humanos estemos quitándole el espacio natural a los animales y estos estén reclamando su territorio. O simplemente el calentamiento global haga que los tiburones cambien de rutinas.
