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LOS FOTÓGRAFOS DE "EL SOL" (PRIMERA PARTE).

Por Mario Mora Legaspi

A lo largo de sus casi 78 años de existencia -los cumplirá el próximo 25 de abril- EL SOL DEL CENTRO, diario decano en Aguascalientes, ha sido y es una auténtica Escuela de Periodismo dado que por sus paredes han pasado innumerables directores, subdirectores, jefes de redacción, jefes de información, encargados de sección, editores, reporteros y no se diga los fotógrafos, es decir, los responsables de tomar las imágenes que ilustran cualquier publicación impresa y audiovisual.

No podemos soslayar a las y los empleados contables, administrativos y de aviso clasificado, jefes y agentes de publicidad, responsables de circulación, trabajadores de talleres y hasta el personal de vigilancia, que también han desempeñado y ejercen una labor de suyo importante para que el periódico salga diariamente.

Todos ellos y ellas, además de muchas personas más, entregaron su vida para hacer brillar a EL SOL DEL CENTRO en Aguascalientes, la región y el país, incluso más allá de nuestras fronteras.

Pero esta vez voy a referirme a los reporteros gráficos. Pido disculpas de antemano por escribir en primera persona para esta ocasión, porque por espacio de varias décadas tuve el privilegio de convivir y trabajar codo a codo con ellos, a quienes pocas veces se les reconoce la labor tan importante que realizan al captar con imágenes los sucesos que son noticia. No olvidemos que una foto dice más que mil palabras.

Decidí hacerlo a raíz del reciente deceso del artista de la lente, Rafael Peña Fernández, a fin de honrar su memoria y también la de quienes fueron sus compañeros de profesión y de trabajo. Este Diario ha sufrido la pérdida de cuando menos siete elementos de su departamento de fotografía en los últimos 30 años. Tres de ellos en la última década.

Muchos años antes de que un servidor formara parte de las filas de este medio impreso, hubo otros fotógrafos que con empeño y pundonor dejaron plasmado su trabajo gráfico en las páginas de El Sol.

Uno de ellos, me contaron en varias ocasiones porque el que esto escribe era apenas un niño, fue un joven de la lente, Armando Mendoza, quien falleció en un accidente carretero cuando viajaba en motocicleta acompañado de su novia. Ambos daban un paseo nocturno por la salida a San Luis Potosí, allá por la década de los sesentas del siglo anterior.

Armando era una gente con mucho porvenir, dinámico y muy trabajador, pero un día por la noche al terminar su labor en el periódico se despidió de sus compañeros que en esos momentos se encontraban realizando sus actividades diarias y partió en su inseparable motocicleta. Se supo después que fue por su novia a quien invitó a pasear a bordo de la unidad y luego de recorrer varias zonas de la ciudad tomaron la salida a San Luis Potosí, donde el exceso de velocidad causó el mortal accidente al salirse de la cinta asfáltica. No llevaban casco protector.

A poco más de media hora de haber abandonado el periódico, a la redacción llegó el aviso sobre su trágica muerte, dejando perplejos, azorados y acongojados a sus compañeros que apenas minutos antes lo habían visto irse. Correspondió a Everardo Brand Partida (QEPD), gran reportero de la sección policiaca, dirigirse al lugar de los hechos y cubrir el percance. Él tuvo la penosa tarea de confirmar la muerte de Armando Mendoza al director y al jefe de redacción de ese entonces, así como a sus demás compañeros. Y desde luego elaborar la nota para su publicación al día siguiente. La muchacha resultó herida.

Espero que la luz del ayer me ilumine para narrar a los personajes de la lente que se entregaron en cuerpo y alma a su responsabilidad de informar de manera gráfica a la opinión pública por espacio de muchos años. Ellos son: José Guadalupe Méndez Alcaraz, Luis Almanza Huitrón, Juan Mendoza, Rosendo Ortega Hernández, Víctor Manuel Barba Cuéllar. Alberto Morales Magdaleno y Rafael Peña Fernández. Los menciono en el orden en que fallecieron. Y digo que son, pues su trabajo está en la hemeroteca de este Diario. Ellos ya se fueron de este mundo, pero su obra queda para siempre.

El único sobreviviente de esa época es Nabor Santoyo, de quien no se tienen noticias últimamente sobre si todavía vive o ya falleció. Esperemos que esté bien.

Cada uno con su propia personalidad, carácter y manera de ser, pero siempre con la camiseta de EL SOL bien puesta; aunque tal parece que los reporteros gráficos, sin importar el periódico o el medio para el cual presten sus servicios, están cortados con la misma tijera y les gusta hacer renegar a sus compañeros periodistas, incluso a sus superiores. Se caracterizan por querer sacarlos de sus casillas. Y muchas veces lo logran. Sin duda, su pasatiempo favorito.

En el siguiente artículo les diré por qué.

LA REFLEXIÓN: El pasado en ocasiones pega con fuerza en nuestra memoria y en nuestro corazón.