Según explicó su nueva dueña, en lugar de alegrarse y salir inmediatamente de la jaula, decidió permanecer dentro de ella. El perrito incluso lloraba y golpeaba con las patas, fue ahí cuando descubrió a un perro más pequeño del que no se que quería despegar.
“La había adoptado, pero ella se negó a irse conmigo. Debería haberla arrastrado. Pero cuando miré hacia abajo, entendí la razón y tuve que tomar una ELECCIÓN”, dijo.
Al ver la escena, entendió lo que estaba ocurriendo y decidió adoptar a ambos, pues el pequeño Chihuahua también la veía con miedo.
"Cuando llegó el momento de llevarla a casa, acababa de salir de esa jaula, desde ese momento un nuevo mundo la esperaba, una vida maravillosa y mucho amor. Cualquier otro perro se habría tomado con las brasas de sus rescatistas. Pero no lo hizo. Se quedó quieta”, finalizó.
Vía: Plano Informativo.