En Virginia, Estados Unidos, un hombre fue testigo de las consecuencias de un violento tiroteo. Cuando llegó al lugar se dio cuenta que el perro de la familia, Luca, había resultado herido.
Al ver el estado en qué estaba, lo llevaron hasta una clínica en donde descubrieron que su cabeza tenía alojada una bala. Tras una larga cirugía, Luca pudo sobrevivir y se recuperó favorablemente.
Tras unos meses de rehabilitación y terapia, el mismo oficial que lo socorrió decidió hacerse cargo de su cuidado para siempre.
“Está viviendo su mejor vida. Estoy muy agradecido de haber podido salvar a este hermoso perro“, comentó.
Vía: Redes.