El telescopio espacial James Webb de la NASA ha capturado una imagen sorprendente de un objeto en el espacio profundo que tiene una peculiar forma de signo de interrogación. Esta intrigante figura aparece en el fondo de una imagen tomada el 26 de julio, en la que se observan dos estrellas jóvenes, Herbig-Haro 46/47. Estas estrellas, ubicadas a 1.470 años luz de nosotros en la constelación de Vela, aún están en formación y orbitan estrechamente.
Aunque las estrellas Herbig-Haro 46/47 han sido monitoreadas desde la década de 1950, es el telescopio Webb, gracias a su alta sensibilidad, el que ha proporcionado la visualización más clara de estas hasta ahora. El aparato tiene la singularidad de observar el universo en longitudes de onda más largas que otros telescopios.
El enigmático "signo de interrogación" cósmico ha generado más preguntas que respuestas. Según Matt Caplan, profesor asistente de física en la Universidad Estatal de Illinois, el objeto claramente no es una estrella de la Vía Láctea. Sugiere que, al observar de cerca, el telescopio Webb muestra hasta ocho "puntas" estelares, lo que indica que el objeto no es una estrella.
Christopher Britt, del Space Telescope Science Institute, sugiere que este objeto podría ser el resultado de la fusión de dos galaxias que se encuentran mucho más distantes que Herbig-Haro 46/47. Estas colisiones galácticas pueden producir diversas formas, incluyendo, al parecer, un signo de interrogación.
En la constelación de Corvus, se ha observado un fenómeno similar con las Galaxias Antena. A pesar de estos descubrimientos, estas formas cósmicas no son permanentes. Según Britt, la mayoría de las galaxias han experimentado múltiples interacciones a lo largo del tiempo, pero no duran mucho. Para nuestro asombro, nuestra Vía Láctea también se fusionará con la galaxia de Andrómeda en unos 4.000 millones de años, aunque aún es un misterio la forma final que adoptarán.
Britt y Caplan esperan que la recopilación de más datos sobre el peculiar objeto en forma de signo de interrogación pueda arrojar luz sobre su distancia, composición química y otros detalles.
Este descubrimiento pone de manifiesto la inmensidad y el misterio del universo, y cómo aún hay mucho que no sabemos sobre el cosmos que nos rodea.
Vía: Agencias.