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LA OBSESIÓN POR EL TRABAJO, PUEDE SER EL RESULTADO DE UNA ENFERMEDAD MENTAL PREEXISTENTE.

La relación entre la obsesión por el trabajo y trastornos como la ansiedad y depresión ha sido destacada por numerosos estudios. Pero si hasta ahora se ha considerado automático pensar que el exceso de trabajo que genera ansiedad y estrés, recientemente algunos psicólogos han destacado también una relación causal inversa, sugiriendo que trastornos como estos los que llevan a las personas a desarrollar una verdadera obsesión por el trabajo. Una especie de mecanismo a través del cual las personas intentan aliviar los síntomas de su malestar. Con consecuencias, sin embargo, todo menos positivas.

Este tema fue abordado recientemente en un artículo publicado en The Atlantic. En el artículo, Arthur C. Brooks, periodista, profesor de administración en la Harvard Business School y presentador del podcast The Art of Happiness with Arthur Brooks, destaca cómo la obsesión por el trabajo, al igual que cualquier otra forma de adicción, puede ser el resultado de un trastorno mental preexistente.

Las adicciones, ya sea al alcohol u otras sustancias, a menudo se explican como un intento de automedicación, es decir, como el intento de un individuo de tratar una condición de sufrimiento psicológico.

Un estudio de 2018 publicado en la revista Depression and Anxiety reveló que el 24% de las personas con trastorno de ansiedad y casi el 22% de las personas con trastorno del estado de ánimo (como la depresión mayor o el trastorno bipolar) intentaban automedicarse, es decir, buscar alivio para su malestar usando alcohol o drogas. Sin embargo, estas personas tenían muchas más probabilidades de desarrollar una adicción a sustancias. Específicamente, los datos epidemiológicos mostraron que las personas que recurrían al alcohol para aliviar la ansiedad tenían seis veces más probabilidades de desarrollar una adicción persistente al alcohol en comparación con aquellos que no recurrían a esta forma de automedicación.

Pues bien, parece haber pruebas convincentes de que algunas personas intentan tratar sus problemas emocionales no con alcohol y drogas, sino sumergiéndose en el trabajo. Un mecanismo que podría llevar a una verdadera adicción.

Un estudio de 2016, informado en la revista científica PLOS One, muestra cómo la obsesión por el trabajo a menudo se configura como un intento de reducir los desagradables síntomas de la ansiedad y depresión. Si estos resultados de investigación son confirmados por evidencia adicional, también explicarían en parte por qué tantas personas aumentaron sus horas de trabajo durante la pandemia. Posiblemente como una forma de escapar de lo que se sentía como un profundo malestar causado por la soledad y el aislamiento.

La obsesión por el trabajo, un problema difícil de reconocer

A diferencia de otras adicciones, la obsesión por el trabajo es un problema insidioso y más difícil de reconocer. Las personas que la padecen tienden a negar que sea un problema o una forma de escapar de su malestar.

Además, a diferencia de otras adicciones, la adicción al trabajo puede llevar a la aprobación de los demás. Como destaca Arthur C. Brooks, a diferencia del abuso de alcohol, que rara vez puede generar reconocimiento positivo fuera de la persona adicta, trabajar 16 horas al día o dedicarse más de lo necesario al trabajo puede llevar a un ascenso u otro tipo de reconocimiento, lo que probablemente refuerce este tipo de adicción.

La obsesión por el trabajo y sus efectos

Al igual que otras adicciones, la adicción al trabajo tiene importantes efectos negativos: agotamiento (el llamado burnout), depresión, estrés y dificultad para conciliar la vida profesional y personal son algunas de las consecuencias más comunes.

Además, la obsesión por el trabajo puede llevar a adicciones secundarias, como el abuso de drogas o alcohol. Estas son adicciones que las personas desarrollan para tratar de encontrar alivio a los problemas causados por la adicción primaria, a menudo con consecuencias aún más catastróficas, como señala la psiquiatra Anna Lembke, autora del libro La Nación de la Dopamina: Encontrar el Equilibrio en la Era de la Indulgencia.

¿Qué haces para lidiar con la obsesión al trabajo?

Aunque difícil, encontrar soluciones a la adicción al trabajo es posible. Primer paso: intenta ser más consciente de cómo utilizas tu tiempo, como sugiere Ashley Whillans, autora de Time Smart: How to Reclaim Your Time and Live a Happier Life. De hecho, la coach, entrevistada por Arthur C. Brooks, sugiere tres prácticas que puedes implementar para intentar liberarte de la obsesión por el trabajo.

¿Qué hacer entonces? Aunque difícil, es posible encontrar soluciones para la adicción al trabajo. El primer paso es aumentar la conciencia sobre cómo se suele emplear el tiempo, como sugiere Ashley Whillans, autora de Time Smart: Cómo Recuperar tu Tiempo y Vivir una Vida más Feliz, entrevistada por Arthur C. Brooks, sugiere tres prácticas para liberarse de la obsesión por el trabajo:

1. Analizar cómo empleas tu tiempo

Durante varios días, puedes plantearte llevar un registro preciso de tus actividades principales, como el trabajo, el tiempo libre y las tareas, anotando cuánto tiempo dedicas a cada una de ellas y cómo te sientes. Este paso proporcionará dos datos valiosos: cuánto tiempo pasas trabajando (para tomar conciencia del problema) y qué actividades te ayudan a sentirte mejor cuando no estás trabajando.

2. Planifica momentos de “no trabajo”

Los workaholics (adictos al trabajo) tienden a trabajar incluso en los momentos que podrían ser de descanso, haciendo horas extra o alargando la jornada laboral. Para librarse de esta obsesión, es bueno aprender a planificar los momentos libres dentro del día, que deben cumplirse con la misma precisión que se hace habitualmente con los plazos y las citas laborales.

3. Planificar escrupulosamente el tiempo libre

También es importante programar actividades agradables durante los momentos en los que no se trabaja, evitando dejar espacios vacíos. El tiempo no estructurado puede ser una invitación a volver al trabajo o a actividades pasivas poco beneficiosas, como revisar las redes sociales o ver la televisión. Por lo tanto, es mejor planificar actividades que proporcionen bienestar y seguir el plan.

El secreto está en aprender a considerar una sesión de ejercicios como si fuera una reunión importantísima y, cuando no haya nada que hacer, simplemente tratar de no hacer nada sin sucumbir a las distracciones.

Curarse de la adicción al trabajo, concluye Arthur C. Brooks, puede marcar una gran diferencia, ya que permite encontrar tiempo para dedicarse a las relaciones personales, cultivar pasatiempos y, en última instancia, cuidar de uno mismo. Todas estas son prácticas que, como se ha demostrado ampliamente, aumentan la felicidad y el bienestar. Artículo publicado originalmente en Vanity Fair Italia.

Información: GQ. // Vía: Plano Informativo.


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