Un fabricante de neumáticos chino recientemente comenzó a construir una planta de 400 millones de dólares (mdd) en el centro de México. Pero no habrá señales de un proyecto chino de ese tipo en los datos de Inversión Extranjera Directa (IED) del país: el financiamiento de la compañía Sailun Tire se realiza a través de una subsidiaria de Singapur.
Esto no es inusual ni un secreto --la estructura se describe en el comunicado de prensa de la empresa-pero eso solo alimentará la cautela de Washington. La consultora estadunidense Rhodium Group estimó que el volumen de inversión china en México es aproximadamente seis veces mayor que lo que se muestra en las cifras oficiales.
Según detalla Christine Murray, corresponsal de México y Centro América en el Financial Times, con las importaciones de China también en aumento, los legisladores estadunidenses alegan que a México --y principal socio comercial–, Beijing lo utiliza cada vez más como una puerta trasera para evitar los aranceles.
Esto presenta a México un desafío urgente: elaborar un mapa más completo y tranquilizador de la inversión china. El principal interés de México es proteger su relación comercial dominante con Estados Unidos (EU), y eso corre peligro si sus relaciones con China parecen sospechosas.
El presidente electo de EU, Donald Trump, ya advirtió que “se va a divertir mucho” renegociando el Acuerdo Comercial entre EU, México y Canadá (T-MEC), con el objetivo de poner límites a los productos fabricados por empresas chinas que ingresan al país estadunidense. Los demócratas también están dando señales de una línea más dura.
“Claramente hay una presión muy fuerte de parte de EU, y claramente esa presión va a ser bipartidista”, dijo Roberto Durán, profesor asociado de la universidad del Tecnológico de Monterrey.
Los datos del gobierno sugieren que en 2023 menos de 2 por ciento de la IED de México provino de China y Hong Kong, alrededor de 450 mdd. En el mismo año, Rhodium Group encontró mil setecientos mdd en transacciones de IED completadas, casi cuatro veces más.
El coautor del informe de Rhodium Group, Armand Meyer, dijo que la firma vio diferencias similares en otros países, y que la de México refleja problemas de datos muy conocidos, como el uso de entidades offshore en lugar de una metodología sospechosa.
Independientemente de cual sea la causa, hay mucho en juego para México, que envía más de las tres cuartas partes de sus exportaciones a su vecino del norte, y el TMEC es fundamental para muchos de sus inversionistas extranjeros.
Dos de las prioridades de la presidenta Claudia Sheinbaum también están en industrias donde las empresas chinas son altamente competitivas: energía limpia y trenes. Es probable que la presión aumente cuando Donald Trump tome la presidencia de EU.
La relación más amplia entre EU y México ha sido inestable en los últimos años, con conflictos por la energía, la migración y la droga letal del fentanilo, que se produce a partir de precursores chinos.
Las preocupaciones de EU y el interés de inversión chino son particularmente agudas en el sector automotriz, un motor económico en México y en varios estados clave de EU.
Incluso si es varias veces mayor que las cifras oficiales, la inversión china sigue siendo mucho menor que la de EU, que representa más de un tercio de la IED mexicana.
Pero México no debe correr el riesgo de subestimar el sentimiento estadunidense sobre el asunto y, en cambio, debe realizar un análisis objetivo de qué inversiones le convienen más, dijo Durán.
Información: Agencia Reforma. // Vía: Plano Informativo.