Bill es un dulce perrito rescatado de 10 años que cuando llegó a la organización Vintage Pet Rescue, sus ocupados rescatistas no estaban seguros de cómo acomodar su necesidad de ser abrazado todo el tiempo hasta que recordaron que tenían un maniquí humano de tamaño natural, el cual la solución perfecta.
Esta no es la primera vez que los rescatistas utilizan el muñeco, llamado FARC, como medio de consuelo para los perros ancianos, ya que el maniquí nació de la necesidad cuando los dueños del centro de rescate, Kristen y Marc Peralta, buscaban una forma de lidiar con la ansiedad por separación de Shorty, su perrito pug.
Ahora, cada vez que un perro del refugio necesita un poco de atención adicional, los FARC vienen al rescate. Aunque un humano real tiene que levantarse en algún momento, estos maniquíes se quedan ahí indefinidamente, para el deleite de los perros en sus amorosos brazos de plástico.
Vía: Agencias.