La inflación en México se topó ante un bache en la primera quincena de noviembre y avanzó 4.32 por ciento anual, desde el 4.25 por ciento de la quincena previa, con lo que interrumpió su tendencia a la baja, ante las presiones en el componente no subyacente, particularmente en los energéticos y bienes agropecuarios.
El dato superó la expectativa del mercado, que pronosticó una tasa anual de 4.28 por ciento y además, registró su nivel más alto desde la segunda quincena de septiembre de este mismo año.
La buena noticia fue que el índice subyacente mantuvo su trayectoria a la baja y se ubicó en su menor nivel en poco más de dos años, favorecido por el efecto de El Buen Fin.
Analistas ya esperaban que la inflación interrumpiera su trayectoria descendente para este tramo final del año, no obstante, prevén que la convergencia al objetivo puntual del Banco de México (Banxico) de 3.0 por ciento continúe en el 2024.
En su comparación quincenal, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró un incremento de 0.63 por ciento, el más elevado en dos años, desde la primera quincena de noviembre del 2021, de acuerdo con los registros del Inegi.
Las presiones para la inflación llegaron por el componente no subyacente, ya que se aceleró a 1.41 por ciento anual, su mayor lectura desde la primera quincena de mayo de este año, como efecto de los precios de los energéticos y algunos productos agropecuarios.
Información: El Financiero. // Vía: Plano Informativo.