En un giro que ha dejado un sabor amargo en la afición rojiblanca, Nicolás Larcamón ha decidido dejar el banquillo del Club Necaxa, a pesar de haber firmado una de las mejores temporadas del equipo en la última década. El estratega argentino, quien devolvió la esperanza y el buen fútbol al Estadio Victoria, partirá con rumbo a Cruz Azul, según fuentes cercanas a la negociación.
Bajo su mando, Necaxa alcanzó la Liguilla del Clausura 2025 con una propuesta ofensiva y ordenada, consolidando un plantel limitado en nombres pero rico en convicción y trabajo táctico. El equipo hidrocálido no solo sumó puntos, sino que conectó con su afición como no lo hacía desde hace muchos torneos.
Sin embargo, como ha ocurrido históricamente con el club, el proyecto se ve interrumpido por intereses ajenos al deportivo. Esta vez no fue la directiva quien forzó su salida —como tantas otras en las que técnicos o jugadores eran vendidos al mejor postor—, sino el propio Larcamón, seducido por una oferta económicamente superior y un escaparate más grande como lo es Cruz Azul.
Su decisión deja un proyecto prometedor a la deriva y a una afición que volvía a ilusionarse con un futuro competitivo. En Aguascalientes, no son pocos los que ven esta salida como un patrón repetido: cuando por fin parece que el equipo puede levantar cabeza, alguien se baja del barco.
A falta de confirmación oficial, se espera que en los próximos días Larcamón sea anunciado como nuevo entrenador de La Máquina, mientras en Necaxa comienzan de nuevo… otra vez.
Jonathan Manríquez. // Fotografía: Record.
